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La Comedia Humana

El 93

El 93

“Imputar la revolución a los hombres es imputar la marea a las olas”. Víctor Hugo.

 

 

Bueno, como tenia ganas de poner algo, pero los exámenes me roban mucho tiempo, me limitare a poner unos fragmentos de un libro que me entretuvo mucho en su momento. El libro es El 93 de Víctor Hugo, y los fragmentos pertenecen al capítulo V: El calabozo del Libro séptimo: Feudalismo y revolución. Aunque sin duda en la obra se le notan a Víctor Hugo las influencias burguesas y religiosas de su contexto, es un libro que vale la pena leerse, sobretodo para quién este interesado en la Revolución Francesa, ya que el libro es capaz de situarte en la París revolucionaria, describiéndola con fantásticos detalles, a la ciudad y a algunos de sus personajes, como Robespierre o Marat.

Esta conversación en concreto se puede leer al margen del libro, ya que es como un aparte, y la he reducido un poco para que no sea tan larga. Tan solo habría que decir que los personajes que hablan son Cimourdain, un ex-cura y agente revolucionario al servicio de la Convención, de carácter duro y pragmático. Y Gauvain, antiguo discípulo de Cimourdain, y oficial del ejercito revolucionario, que si bien es implacable en el campo de batalla contra los monárquicos, su piedad hacia el enemigo, y sus tendencias idealistas son mirados con suspicacia por los “altos representantes” de la revolución. Y el tiempo en el que tiene lugar la conversación es en el año 93, en plena consolidación de una revolución que se enfrenta a los católicos monárquicos de la Bretaña.

 

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Terrible serenidad reinaba en el calabozo. Aquellos dos hombres empezaron un diálogo.

Gauvain decía:

 

            -Veo insinuarse importantes sucesos. Es misterioso lo que hace la Revolución en estos momentos; detrás de su obra visible hay otra invisible, la primera tapa la segunda. La obra visible es feroz, la invisible sublime. En este momento la distingo con claridad, y me parece hermosa. Como fue necesario aprovechar los materiales de lo pasado, ha tenido que venir el extraordinario año 93, en el que, con el andamio de la barbarie, se confecciona el templo de la civilización.

 

            -Sí –contestó Cimourdain-. De lo provisional saldrá lo definitivo; lo definitivo, esto es, el paralelismo del derecho y del deber, el impuesto proporcional y progresivo, el servicio militar obligatorio, la nivelación sin oscilaciones, y por encima de todos y de todo, esa línea recta que se llama la ley; la República de lo absoluto.

 

            -Yo prefiero –replicó Gauvain- la República de lo ideal. Se interrumpió un momento, y después continuó:

           

            -Entre lo que acabáis de decir, ¿dónde colocáis la adhesión, el sacrificio, la abnegación, el entrelazamiento de los afectados benévolos, el amor? Debe establecerse en todo el equilibrio, pero es mejor establecer en todo la armonía. Sobre la balanza debe ponerse la lira… Vuestra República mide, dulcifica y regula al hombre; la mía lo levanta hasta el firmamento; separa a una de otra la diferencia que hay entre un teorema y un águila.

 

            -Es porque tú te pierdes en las nubes.

 

            -Y vos en el cálculo.

 

            -Hay algo de soñado en la armonía.

 

            -También existe en el álgebra.

 

            -Quisiera que el hombre fuese como lo deseaba Euclides.

 

            -Yo lo prefiero como lo soñaba Homero.

 

La sonrisa severa de Cimourdain se fijó en Gauvain, como para contener el vuelo de su alma.

 

            -Eso es pura poesía: desconfiad de los poetas.

 

            -Recuerdo esa frase; desconfiad de la brisa, del rayo de luz, de los perfumes de las flores, de las constelaciones.

 

            -Nada de eso da de comer.

           

            -¿Qué sabéis de eso? La idea es asimismo un alimento: pensar es comer.

 

            -Dejémonos de abstracciones. La fórmula de la República es: dos y dos, cuatro. En cuanto doy a cada uno lo que le corresponde…

 

            -Os falta dar lo que no le corresponde.

 

            -¿Qué queréis decir?... ¿Qué representa eso?

 

            -La inmensa concesión recíproca que cada uno debe a todos, y que todos deben a cada uno, que es en lo que se basa la vida social.

 

            -Independientemente del derecho estricto, nada debe haber.

 

            -Pues hay mucho.

 

            -No veo más que la justicia.

 

            -Pues yo miro más arriba de ella.

 

            -¿Qué existe sobre la justicia?

 

            -La equidad.

 

            -Precisa tu pensamiento.

 

            -Lo precisaré. Queréis el servicio militar obligatorio; pero ¿contra quién?, contra los demás hombres. Pues bien; yo quiero que no haya servicio militar, yo quiero la paz. Queréis socorrer a los miserables; yo quiero suprimir la indigencia. Queréis impuesto proporcional; yo quiero que no haya impuesto, que se reduzcan los gastos comunes a su más mínima expresión, y que se paguen con el aumento de la producción social.

 

(...)

 

-Gauvain, baja a la tierra; debemos tratar de realizar únicamente lo posible.

 

            -Comenzad por no hacer lo imposible.

           

-Lo posible se realizará siempre.

           

            -No siempre. Si se manosea con fuerza, la utopía lo mata.

 

            -Es necesario, sin embargo, apoderarse de la utopía, imponerle el yugo de lo real y encerrarla en el cuadro de los hechos. La idea abstracta debe convertirse en idea concreta, y así lo que pierde en hermosura, lo gana en utilidad; es menos, pero es mejor. El derecho debe encarnarse en la ley; cuando el derecho se transforma en ley, es absoluto.

 

            -Lo posible es algo más que eso.

 

            -Ya vuelves a soñar.

 

            -Lo posible es un pájaro misterioso que revolotea continuamente por encima del hombre.

 

            -Es preciso, pues, cogerlo.

 

            -Sí, pero vivo.

(...)

 

Después añadió:

 

            -Entre nuestras dos utopías hay la diferencia de que vos queréis el cuartel obligatorio y yo quiero transformarlo en escuela; queréis que el hombre sea soldado, y yo deseo que sea ciudadano; le queréis terrible, yo reflexivo; fundáis la República en la espada y yo la fundo…

 

Se paró y luego dijo:

 

            -Yo establecería, si pudiera, una República de inteligencia.

 

            -¿Y hasta que llegue?

 

            -Lo que existe.

 

            -¿Absuelves el momento actual?

 

            -Sí.

 

            -¿Por qué?

 

            -Porque es una tempestad y la tempestad tiene su razón de ser. Si el rayo destruye alguna encina, en cambio purifica muchos bosques. La civilización sufría una peste y la libra de ella el viento de la tempestad. Quizá no escoge bien las víctimas, porque está encargado de barrer muchísimo; pero teniendo presentes los estragos que causan los miasmas, comprendo el furor del huracán: por lo demás, nada importa a la tempestad si soy dueño de la brújula, ni los acontecimientos si tengo limpia la conciencia.

 

(...)

 

-Quiero conseguir aquello de que carecen los hormigueros y las colmenas; esto es, monumentos, artes, poesía, héroes y genios. Vivir arrastrando cargas constantemente no es la ley del hombre: basta ya de parias, de esclavos y forzados. Quiero que cada uno de los atributos del hombre sea un signo de civilización y un signo de progreso; deseo la libertad ante el espíritu, la igualdad ante el corazón y la fraternidad ante el alma. Basta de yugos: el hombre fue creado, no para arrastrar cadenas, sino para desplegar las alas. No quiero que haya hombres-reptiles, quiero la transfiguración de la larva en lepidóptero y la transformación del gusano en flor viva que remonte el vuelo.

7 comentarios

Juan Carlos -

Fantástico todo el blog de la comedia humana. He pasado de brujulear a lerlo todo con detalle.
Excelente la elección del 93. El diálogo denota la existencia de un movimiento oculto detrás del movimiento social.
Tal como dice marat, las revoluciones comienzan por la pluma y antes por las ideas.
Los que piensan que esto no tiene salida no conocen la capacidad creativa del poder de vida o poder cultural y no quieren saber que el movimiento es todo lo que hay, construyendo siempre con viejos materiales.
Muchas gracias.

Pero Grillo -

Cut and Paste, cut and paste. Buena línea y gran texto.

Colibrí Lillith -

Qué torpe estoy xD Puedes borrar mi primer comentario, que lo que digo se repite en el segundo (literalmente xD), y ahora me he dado cuenta de que he repetido dos veces "Me pongo del lado de Gauvain".

En fin, nada, q tienes mi permiso para borrarlo, no vaya a ser q te llamen dictador o censurador o lo q sea xDDD

Ciao amor :**

Colibrí Lillith -

Sin duda, me pongo del lado de Gauvain.

No tengo palabras, este diálogo me parece excepcional, sublime. Dos formas dignas y distintas de ver la revolución, una necesita la otra para completarse... Aunque sin duda, yo estoy del lado de Gauvain :P

Por cierto, me molesta perderme lo del hombre de Euclides y Homero, ¿conoces tú mejor a qué se refieren?

PD: Tengo ganas ya de que cuelgues algo tuyo ;)

Anónimo -

Sin duda, me pongo del lado de Gauvain.

No tengo palabras, este diálogo me parece excepcional, sublime. Dos formas dignas y distintas de ver la revolución, una necesita la otra para completarse... Aunque sin duda, yo estoy del lado de Gauvain :P

Por cierto, me molesta perderme lo del hombre de Euclides y Homero, ¿conoces tú mejor a qué se refieren?

Saludos :)

Guerreiro da Luz & Freyja -

Misticus cambia de nombre

Queremos avisar que Misticus paso a ser un espacio de Culturas, se llama ahora Culturas II y es un lugar donde las culturas se encontraran.

La nueva dirección de Culturas II (ex Misticus) es esta:

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Los esperamos para seguir compartiendo con ustedes

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