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La Comedia Humana

El culto al Dios Dinero

El culto al Dios Dinero

 

"La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas." Karl Marx.

“El trabajo del hombre y de la naturaleza, el producto de los cepos, los árboles, deben ser destruidos para que se mantengan los precios: Se lanzan cargamentos de naranjas en cualquier lugar. (…) ¿Porqué comprar naranjas a 20 centavos la docena si solo hace falta ir con el coche y cogerlas sin pagar nada? Entonces hombres armados con mangueras de regar vierten petróleo sobre montones de naranjas (…). Un millón de hambrientos tienen necesidad de fruta y se riegan con petróleo las montañas doradas. Y el olor a podrido invade la comarca.

Se quema el café en las calderas. Se quema el maíz para calentar-se. Se lanzan las patatas al río i se ponen guardias en las riveras para impedir que los pobres las repesquen. Se matan los cerdos y se entierran. (…).

Y los niños con pelagra tienen que morir para que cada naranja dé beneficios. La consternación se lee en las miradas, y la cólera comienza a lucir en los ojos de aquellos que tienen hambre. En los ánimos de la gente, las uvas de la ira se inflan y maduran, anunciando las próximas vendimias.”

John Steinbeck, Las uvas de la ira.

 

El horror que siento al leer estos fragmentos sólo se puede definir con una palabra: capitalismo. Las uvas de la ira es una novela que se sitúa en los Estados Unidos de los años 20, más concretamente en el 29, en plena crisis agraria y económica, el famoso crack del 29.

La novela, inspirada en situaciones reales, describe una situación realmente cruda, que ejemplifica muy bien las contradicciones propias del capitalismo. Mientras la gente muere por desnutrición, el gobierno se dedica a destruir los alimentos para que éstos suban de precio. Y es que el problema de esta sociedad capitalista es que el fin último es siempre el mismo: el dinero. Se eleva el valor abstracto del dinero al nivel de un Dios todopoderoso (“todo lo puede el dinero” suelen decir), acabando por convertir a las personas en simples vasallos de un Dios que ellos mismos han inventado. Unos dependen de él para poder conseguir lo que originariamente les daba la propia naturaleza, como alimento o refugio. Y otros lo adoran y lo necesitan, como un fin en si mismo, tal vez porque creen que, como Ente Todopoderoso, les dará la felicidad, o les hará personas mejores y más completas.

Sus fieles devotos procuran que nada escape a este Ser Todopoderoso. Ni siquiera la ciencia, buscadora de verdades, y a menudo planteada como opuesta a las religiones, puede escapar de este culto. Tal vez en una sociedad más humanista el fin de la ciencia fuera el bienestar de las personas, pero, en esta sociedad capitalista, el fin es ese Ente Omnipotente y Omnipresente. Mientras algunos investigadores médicos hacen peripecias para investigar, sin apenas presupuesto, una vacuna contra la malaria o el sida, la financiación médica se destina a desarrollar productos de adelgazamiento o crecepelos. Tal vez sería más fácil mostrar a esas personas que pueden hacer deporte, o que son bellas tal como son, y destinar ese dinero a las vacunas. Pero ese Dios que es el Dinero lo impide, porque los enfermos de esas vacunas son pobres, son tercermundistas, son paganos del Dinero. En cambio, los fieles devotos occidentales están dispuestos a participar de este culto para hacerse, lo que ellos consideran, mejores personas, aunque sea de forma artificial.

Este Dios ha acabado por estar presente en todas las facetas de la vida. Rige tu alimentación, tu educación, tu salud, tu trabajo, e incluso gran parte de tus relaciones sociales. Este Dios tiene sus apóstoles, defensores de la fe que escriben libros sagrados, como San Adam Smith. Este Dios ofrece una promesa de salvación, te promete la felicidad con su sola presencia, se te dice “a más Dinero, más felicidad”. Te aseguran que si lo sigues podrás lograr el Paraíso. "Quizá ahora eres pobre, pero puedes llegar a ser rico: todo el mundo puede" recita su mensaje. Y, cómo no, este culto al Señor Dinero tiene sus pastores, responsables de guiar al rebaño por el buen camino del Señor. Responsables de Estados y organizaciones que ellos mismos han creado, cuyo único fin es asegurar que todo se base en su Dios y en los parámetros de su religión. Nada debe escapar a su control, el fin siempre debe ser el mismo: el Capital, la Riqueza, el Dinero, distintos nombres relacionados con una misma idea abstracta que hay que adorar.

Pero algún día esta religión desaparecerá. Y los pastores verán cómo sus rebaños les abandonan, cómo pierden la fe y como buscan nuevas formas de organizar la vida sin rendir culto a este ser. Porque este ser, al fin y al cabo, no es más que un concepto, y eso es algo que no se debe olvidar nunca.

 

 

 

4 comentarios

Slash -

Sin querer me tope con este tema, pero muy buen planteado todo este problema de el dinero... bien dice la Biblia, el amor al dinero es la raíz de todos los males...

Colibrí Lillith -

Por cierto, quería aportar una viñeta que leí hoy de la Mafalda que creo que se adapta perfectamente a tu texto.

Salen Manolito y Mafalda, y Mafalda dice:
"¿Sabes Manolito? Hoy he leído otra cosa sobre los hippies que no sabía."
"Ah si? ¿el qué?" pregunta Manolito
"Dice que están en contra del dinero y los bienes materiales" a lo que Manolito se cabrea y dice:
"¡Esto ya es el colmo!, estos hippies, además de afeminados... ¡¡ateos!!"

Pastafari (esta es la verdadera religión) -

Muy buena la reflexión sobre la religión del dinero y muy bien escrito! Por cierto, el Paraíso se llama Complejo turístico vallado en el caribe y sólo pueden entrar en él los más religiosos.

Colibrí Lillith -

Las uvas de la ira, qué bueno, a ver si lo leemos algún día, jeje.

Enhorabuena por todo lo que has sabido sacar de un sólo fragmento (aunque este fragmento es una muestra clara de a lo que conlleva el capitalismo). Has tocado muchísimos temas en poco espacio, lo cual tiene mucho valor, porque no has dejado ningún tema a medias y sacas unas buenas conclusiones.

Después de leer esto no entiendo cómo la gente no piensa "joder, hay que reaccionar ya!".

En fin, sigue así cariño, q m'agrada molt ^^

PD: La frase de Marx le pega de muerte ;)

PD2: Qué ilusión me hace que seamos unos herejes, jejejeje :P